A veces siento rabia e impotencia al ver que nada sale bien, que todos evolucionan y yo me quedo atrás. Siempre estancada en el mismo punto de la partida.
Pero, me prometo a mí misma que esto cambiará. No sé si tarde o temprano, pero cambiará.
Cartas a mi misma.
A mi yo del pasado y presente:
No sufras,
No llores,
No te hundas; NO ES CULPA TUYA.
No llores,
No te hundas; NO ES CULPA TUYA.
No temas, encontraré la forma de salir de esto.
Te/Me prometo que me haré más fuerte y conseguiré salvarte/nos. Te/Me juro que esto terminará y que conseguiré que este frío inmenso nos abandone.
No decaigas, no puedes permitirte el lujo de hacerlo. Creo haber descubierto nuestra misión en la vida... y tenemos que hacerlo.
Hagámoslo juntas;
Luchemos juntas
Hagámonos juntas más fuertes
Ganemos juntas a este demonio
Volveremos a nacer y recuperaremos nuestra vida. Tal y como debió haber sido siempre.
Absolutamente nadie entenderá esta carta, ni tan siquiera una sóla palabra; es algo íntimo y puede que, en su debido momento, este criptograma se publique de modo comprensible. Hasta entonces... no pierdas de vista tu objetivo. Nunca.
A mi yo del futuro:
Sólo quiero decirte que cuando hayas logrado tu objetivo, escribe (nos).
Nos gustará oír que lo has logrado y que todo va bien. Estas pequeñas lágrimas en mis ojos son la prueba de que lo anhelamos.
Por favor, escribe (nos).